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miércoles, 11 de noviembre de 2015

Bastantes Buenos Aires


(Para leer muy rápido)

En las ventanas, en las mil ventanas
En las sobras de comida
Detrás del bidé,
En las facturas rotas,
Humedad
Olor a gas butano
No es tan fácil enamorarse pero esta ciudad lo consigue
Los porteños no me dejan perderme, no me dejan equivocarme de colectivo, de parada, de calle, como si el camino que uno hubiera de recorrer solo puediese ser recorrido de una forma que también son otros caminos pero no más de unos caminos posibles, no vaya a ser que uno desemboque en otra de las mil realidades que subyacen a la de uno y no pueda uno volver al sistema en el cual ha conseguido que Buenos Aires le permita ser
porque
hay una ciudad escondida detrás de la ciudad que ves, detrás de cada centímetro de ciudad hay otra, más real, más grande, más bonita, mas callada,
y es esa la ciudad que te enamora, la que percibes sugerida tras la que no puedes dejar de ver
Por eso todo el tiempo siento que me estoy perdiendo algo que está sucediendo mientras estoy haciendo lo que hago
y tiene su propio lenguaje, para que la gente pueda decir lo que de verdad quiere decir mientras habla, y dice lo que tiene que decir, así que las personas también están escondidas detrás de si mismas
y todo tiene más azúcar, para que haya una película de dulzura delante de todos los sabores, que aunque sean sinsabores saben a algodón rosa, para que así puedas seguir en tu ciudad/velo
y sientes que estás en otro continente, nunca en Sudamérica, y aunque crees que es Europa jamás lo es, así que realmente no sabes dónde estás, porque los indios miran, atónitos pero sin dejar de participar de está irrefrenable locura que los algodón rosa están haciendo, borrando todo lo que había, los idiomas, las músicas, los dioses, las mitologías que son más mitológicas que nunca porque todo es un mito y es como se supone que debe ser
Pero se debe luchar por ver! por darle al cerebro la oportunidad de sentir el mundo!
así tengas que pellizcarte los sesos
así tengas que llorar por las orejas
así tengas que respirar por las manos y rascarte con tu propia piel
existe una calle donde están todas las calles, una casa donde están todas las casa, y todas las pizzerías son la mejor pizzería y todos los colectivos son el mismo y pasan por los mismos sitio y lo que es seguro, pero muy seguro, es que los colectiveros no son seres humanos y no tienen una vida a parte del colectivo, porque los colectivos nunca se paran, nunca empiezan su ruta, y nunca la terminan, siempre han estado ahí y a no ser que cambien su forma no-humana por alguna otra, siempre estarán/
los colectivos son las sangre de esta ciudad que corre por las calles que son las venas y el río es su cerebro que es un cerebro de intuición porque su horizonte no es del mundo real, no es de la misma dimensión, y esa es la prueba irrefutable de que esta ciudad son dos, porque se les olvidó tapar el horizonte y dejaron el de la ciudad/espíritu al descubierto.
Juan Anuero es rubio, pero de esos que hagan lo que hagan parece que están teñidos de rubio, pero en esta ciudad hay tanta gente que se tiñe que en ese sentido el es uno más. Pero no en todas partes es así, hay muchos barrios donde se come choripan en la calle y en donde la apariencia exterior no es lo más importante, simplemente porque ya se sabe que por mucha apariencia que haya las apariencias engañan, porque ya han sido engañados porque han nacido engañados y porque por mucho que hayan sido desengañados su vida es un engaño a la luz del día, del cual todos son perfectamente conscientes pero que no les impide ser felices, porque también saben que la felicidad no viene de afuera si no de adentro
pero nada de esto lo podrían decir con palabras, al menos con las palabras que se escuchan escuchando con las orejas
porque hay que escuchar con los ojos para poder escuchar las palabras que hay detrás de las palabras que aparentemente salen de sus bocas
porque si uno escucha con los ojos puede llegar a desenmascarar conversaciones y conversaciones escondidas justo ahí! justo detrás de ese comentario! de esa confesión! de esa pregunta!
escuchar las palabras que no viajan por el aire, que viajan por el éter, que viajan por la sangre de las paredes del cielo bajo que rodea tu mirada
la mirada que sale de tu frente y no de tus ojos, la mirada que consigue verme a pesar de todos mis disfraces
Y buenos aires te enreda en sus engranajes desvencijados y como una planta carnívora y dulce te apresa en sus ramas húmedas y no te deja fluir de la manera en que estás queriendo, pero te hace correr por otros caminos hacia un lugar dentro de ti y entra en ese lugar contigo y no sale nunca más
porque la gente te habla por la calle como si te conociera, porque te conocen, porque también están viendo la ciudad escondida y eso te hace cómplice, es muy rápido, en seguida eres cómplice
Y sus ruidos que un día no oyes
Y sus caras, porque tiene sus caras, sus propias caras y sus manos en italiano
Y su comida inventada de un recuerdo
Y todo es húmedo pero nadie lo dice porque es un gran secreto que todo lo baña, eso es...
un gran secreto que todo lo baña.

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